Blog sobre reflexiones personales, fotografía y música independiente.

jueves, 17 de febrero de 2011

Listas, una manía confesable

Uno de los recursos útiles que nos sirven para organizar nuestros pensamientos son las listas. Desde que me levanto hasta que me acuesto no dejo de pensar en todo lo que tengo pendiente. ¡A veces pienso que me cuesta improvisar! Suelo hacer listas para ir al supermercado. También hago listas con las tareas pendientes. Para organizar el mes hago, por supuesto, una previsión de gastos (abono de transporte 47 euros, teléfono fijo 21 euros, bombonas 27 euros, alquiler del piso 650 euros…) Y así me paso la vida organizando, planificando y anticipándome a lo que pueda ocurrir.

El problema surge cuando utilizo más de una libreta para apuntar todas las cosas que se me ocurren. Cuando necesito verdaderamente encontrar algo, nunca lo encuentro. ¿En qué libreta o agenda habré apuntado mi registro de Itunes, de la cuenta de correo de Terra (que nunca utilizo) o de Spotify? Por lo que nuevamente tengo que volver a hacer una lista. Y poco a poco, lo que parecen simples esquemas para ejecutar, recordar u organizar se acaban convirtiendo en un verdadero dolor de cabeza. 

Todo en mi vida parece una tesina.¡Qué hastío! Entonces, ¿para qué sirven las malditas listas? De repente me encuentro extraviada una libreta. ¡Qué bonita, pienso! Y escribo en ella la música que escucho o la música que he descubierto y que en algún momento me gustaría escuchar. Cuando apunto siempre sigo la misma regla. Nombre del grupo, tema, discográfica y año de publicación. Por ejemplo, Band of horses.Neighbor. Infinitive Arms. 2010 o Iron and Wine. Boy With a Coin. The Shepherd´s Dog. 2007...

Por cierto, mientras sigo reflexionando para qué sirven las malditas listas, aquí os dejo un vídeo de Iron and Wine.  


En definitiva, listas, una manía confesable, a veces útil y otras, las menos, absurda...
En tu caso: ¿te pasa algo similar?, ¿qué recursos utilizas para organizar tu día a día?