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viernes, 13 de julio de 2012

Y el ganador del PhotoMaratón organizado por Photoespaña 2012 es...


Foto presentada en el PhotoMaratón ©
El día amaneció radiante y un sol de justicia abrazaba las calles de Madrid. El 7 de julio de 2012, en la Fundación Canal arrancaba el PhotoMaratón organizado por Photoespaña y patrocinado por una conocida marca de cervezas, a la que aprovecho para darle las gracias por su patrocinio y, sobre todo, por invitarme a una cerveza fría, sin alcohol, aunque haberlas "con" las había. Yo llegué un poco tarde, como de costumbre.

Feliz como una perdíz desenfundé mi "apreciada" cámara Canon 400D. En los jardínes de la Fundación Canal había varias mesas en las que los casi 1000 participantes teníamos que inscribirnos, previa solicitud. El personal nos proporcionó un dorsal y una ficha que "medio" garantizaba nuestra participación. El mío era el 1082. El objetivo era buscar, olisquear, captar la mejor instantánea que reflejase el concepto: "Celebra lo que tienes". Sí, en tiempos de crisis no era un mal eslogan, ideas había muchas, pero ganas también.


Jardines de la Fundación Canal, lugar de salida  ©


Así pues teníamos hasta las 17.00 horas para sellar nuestra inscripción en la plaza del Dos de Mayo y en la de Comendadoras. Si no, ¡fuera del concurso! Al final de la tarde teníamos que reunirnos en la Plaza de Callao. Allí podríamos ver todas las fotos de los participantes proyectadas en una pantalla gigante y elegir a los 3 ganadores finales. ¿Sería yo?

El PhotoMaratón PhotoEspaña 2012 paso a paso

 

El encuentro con Amalia


Plaza Castilla. 12.30 horas. Me subí a un autobús con mucha calma. Allí conocí a Amalia. Cubana de nacimiento y española de corazón. Estaba un poco perdida, pero también algo borracha. Se sentó a mi lado. Así, como quién no quiere la cosa, nos miramos y empezamos a conversar, aunque más bien aquello acabaría siendo un pseudo-monólogo. ¿Has visto a esa pareja sentada tras la cabina del conductor? ¡Ojalá se dieran un besito!, comentaba sin discreción. Y añadía: ¡Es tan difícil hacer una foto a las personas que realmente quieres! Amalia, en su línea, sacó su cámara e intentó tomarles una foto, ajenos estos a su descarado movimiento, un tanto torpe. Yo mientras tanto traté de aconsejarle que se sentara detrás de ellos. Nada. Ella no hacía ni caso. Por el rabillo del ojo observé como todos los pasajeros del autobús no nos quitaban los ojos de encima. Pasar desapercibida no era su estilo, parecía que ahora tampoco iba a serlo el mío.

Ciertamente la pareja parecía adorable, a simple vista él más enamorado que ella, que sujetaba sin soltar de las manos las bolsas de su mañana de compras. Además, la chica, de aspecto asiático, llamaba la atención, era asombrosamente guapa, vamos guapa "a rabiar". Vestía unos shorts color naranja anudados a su fina cintura y una blusa de seda blanca que caía sobre sus pechos como una suave caricia. Estilosa y con una brillante melena color azabache charlaba animadamente con su chico, que la miraba hipnotizado, sin percatarse de nada de lo que estaba ocurriendo en los asientos contínuos. -Amalia-, añadía yo, -puedes hacer "robados", pero discretamente-. ¡Me estaba muriendo de vergüenza!

Pero creo que Amalia no entendía el concepto de discreción, más bien todo lo contrario. Lo cierto es que no sabía hacerlo de otra forma fruto, quizás, de su estado de embriaguez. -No sabía que iban a dar cervezas gratis. Es la primera vez que participo en algo de este tipo. Pero, pensé, qué voy a hacer yo en casa, tirada en el sofá. ¿Ver la tele? Me miraba "ojiplática". Yo no entendía nada. -¡Se están dando otro besito! Venga, por favor, dale otro besito, repetía como un disco rayado-. La miraba de reojo con cierto asombro, sobre todo cuando me soltó que "tenía el culo mojado". No es que se hubiera hecho pis encima, aunque eso fuera precisamente lo primero que pensé, es que se había sentado en el césped, un par de horas antes del pistoletazo de salida. Entre suspiros, no paraba de repetir que le encantaba la cerveza. -Ahhh, dije yo, y pensé ¿por qué diablos me tocan a mí todos los raros?-. Soy un imán.

Así, a Amalia le entraron las prisas y quiso bajarse del autobús después de hacerme unas cuantas preguntas indiscretas, que contesté con monosílabos y de quejarse de su cámara, que al menos tenía un objetivo Leica con bastante buena luminosidad 2.8, al menos mejor que el mío, que era 3.5-5.6. Antes de llegar a Cibeles intentó bajarse, se lo pensó dos veces y continuó en el autobús hasta el final del trayecto, en Sevilla. Yo hice como que no la había visto. Ella creo que hizo lo mismo. Ambas pensábamos que ya nos habíamos despedido, y así fue. Cada una por su lado. No volví a saber más de ella.

 

Yo y mi cámara, a solas


Durante horas recorrí Madrid en busca de esa imagen, la imagen perfecta, que no encontraba, que no aparecía. Buscaba niños felices jugando a la pelota, subidos en monopatín, familias compartiendo una merendola en el parque del Retiro, parejas que se miraban compartiendo un momento íntimo, ajenos al resto, ...

Estuve en multitud de sitios deámbulando por las calles, sola, con mi cámara. A veces veía una imagen que me gustaba, pero no apretaba el botón y... "voilá", el instante decisivo se había esfumado en mis narices. Otras veces, por timidez, no preguntaba si podía hacer una determinada foto, por ejemplo a unos tiernos viejecitos sentados charlando en un banco. Así que me convertí en una inexperta en robados. En esos momentos... me acordaba de Amalia.

Y nada, pasaban las horas y no llegaba. Así que, me dispuse a fotografiar lo que me apetecía, sin presiones, sin pensar mucho en el tema. Intentaba disfrutar el momento, aunque lo cierto es que sentía cierta presión. Callejeé Sol, Retiro, Gran Vía, Malasaña, Plaza de España, el Templo de Debod... Me tomé un café en Conde Duque... Al final lo importante para mí era participar... Y así fue. Llegaron las 19.30 horas y entregué mi foto y me regalaron, como a todos los participantes, la impresión de la fotografía que quisiera (elegí la última de las fotos que podéis ver).




Plaza Callao, el centro de todas las miradas


PHotón realizado por el fotógrafo Luis de las Alas

Por la tarde, el fotógrafo Luis de las Alas, realizó el PHotón, una gran foto de familia que inmortalizó desde una azotea de Gran Vía. Nosotros, los participantes, hicimos lo mismo, lo fotografíamos simultáneamente.

PHotón inverso realizado con mi cámara ©


Y la tarde-noche mientras tanto caía... Los participantes que resistimos, que éramos un puñado, manteníamos viva la ilusión por ver nuestras fotos proyectadas en el epicentro de la ciudad, en Callao. También nos picaba la curiosidad por ver otros trabajos. Así que aguantamos.

And de winner is... 


Al final, después de mucha espera, un jurado compuesto por Andrés Pérez Peruca, director de Ateneo americano de Casa América, el mencionado fotógrafo Luis de las Alas, y Luis Posada, subdirector de PHotoespaña, eligieron a los seleccionados. Ayudados, cómo no, por un nutrido grupo de twitteros, que seguían el evento a través de las redes.

Los 10 finalistas fueron Miguel Ángel Gómez Balbuena, Matthew Lazenby, Jesús García Martín, Blanca Mendiguchia Herrera, Virgilio Hernando, David Aíbar Carretero, Diego Hernández Guijarro, Óscar Arribas Burgos, Puri Manglano Jurado, Miranda von Breymann.

Los ganadores fueron estos 3 últimos (Óscar Arribas Burgos, Puri Manglano Jurado, Miranda von Breymann) que se llevaron 600€ y 52 cajas de cervezas, 300€ y 24 cajas y 300€ y 12 cajas de cervezas respectivamente. Aquí os dejo sus imágenes.

Foto ganadora de Óscar Arribas Burgos  ©


Segundo premio para Puri Manglano Jurado ©

Tercer premio para Miranda von Breymann  ©    


¡Enhorabuena a todos ellos!

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